{ "@context": "http://schema.org", "@type": "BreadcrumbList", "itemListElement": [ { "@type": "ListItem", "position": 1, "item": { "@id": "/estilo-de-vida", "name": "Estilo De Vida" } }, { "@type": "ListItem", "position": 2, "item": { "@id": "/estilo-de-vida/bienestar", "name": "Bienestar" } } ] }
null: nullpx
Cambios en el Cuerpo y Tatuajes

8 etapas por las que pasas cuando te haces tu primer tatuaje

Publicado 31 Ago 2017 – 01:04 PM EDT | Actualizado 14 Mar 2018 – 09:48 AM EDT
Comparte

Llegó el momento, ya estás grande (o bueno, eso dice tu identificación) y por fin decidiste hacerte tu primer tatuaje con tus ahorritos. Ya tienes la idea para el diseño que quieres y sobre todo, ya elegiste un establecimiento seguro con un buen tatuador con experiencia.

Estas son las etapas por las que pasaste si ya te hiciste tu primer (o décimo quinto) tatuaje:

#1 Las dudas

Primero andabas muy tranquilito, llegaste al establecimiento y ni siquiera te sentías nervioso, pero nada más viste las agujas y tu cabeza comenzó a hacerte malas jugadas, recordaste tu pánico a las inyecciones y ahí todo empeoró.

Continúas con los pensamientos negativos, pero ahora te preguntas qué pasará si de plano no te gusta cómo queda al final.

"Si me duele ni modo, le digo que pare y me voy". Obvio jamás harías eso, sólo lo consideraste posible aunque ni por error detendrías al tatuador porque te duele, qué oso.

#2 Sí duele, bueno no, bueno sí duele mucho, bueno poquito, nel, no duele

Todo es muy confuso pues nunca habías tenido alguna sensación igual y al principio sí te sacas de onda, pero a los pocos minutos te acostumbras.

#3 No, no duele, arde un chin

Después de un ratito, comienzas a tener una sensación de ardor y calor al mismo tiempo, llegó la hora del sombreado.

#4 El miedo de los mortales

¿Y si no dejo de sangrar y me muero alv?

Ya estás muy a gusto disfrutando del dolor y de repente vuelven las chaquetas mentales, esta vez te preguntas si tu cuerpo es apto para sanar. "¿Qué tal que soy hemofílico y me desangro?".

#5 Las dudas, segunda parte

Después de que notaste que la verdad ni sangraste tanto, regresaste a la calma, pero entonces y de la nada, recuerdas ese caso del primo de un amigo que resultó ser alérgico a las tintas de tatuaje y tuvo una infección horrible que casi hace que le amputen la pierna completa.

¿Y si no me dan trabajo por tener tatuajes? NI-MO-DO, el tatuador ya está casi terminando así que no hay tiempo para el arrepentimiento.

#6 AHNUMÁ ¿Ya tan rápido?

Después de algunas horas, descubriste que tardaste más en pensar cosas malas que en lo que el tatuador terminaba.

#7 ¡¡QUEDÓ CHING*N!!

Cuando viste el resultado final simplemente te enamoraste de tu tatuaje, hasta ganas te dieron de abrazar al artista que dejó esa obra maestra sobre tu cuerpo.

#8 Te la pasas presumiéndolo y mirándote al espejo

No importa si es en selfies o en fotos grupales en donde tienes que posar de forma extraña para que se vea tu adorado tatuaje, el chiste es presumirlo y si tienes que usar playeras sin mangas aunque las odies para cumplir tu fin, no hay problema, lo haces.

Y ni qué decir del espejo, andas más vanidoso que Regina George.

Comparte