4 secretos del lenguaje corporal que te harán ver (y sentir) poderoso
Ya sea en el ámbito laboral, en las amistades o en el amor, podemos rastrear una característica humana fundamental para que las relaciones se den de manera fluida: la confianza. Todos de una forma u otra vamos construyendo nuestra autoestima desde niños. De adultos, muchas veces nos resulta difícil manejarnos con cierta soltura. Notamos, con el paso del tiempo, que la confianza es un punto en el que deberíamos mejorar.
En este sentido, la ciencia ha demostrado que conocer los secretos del lenguaje corporal puede hacernos ver (y sentir) seguros y poderosos. Por eso, hoy quisiéramos compartir contigo 4 estrategias simples y efectivas para lograrlo. Descúbrelas a continuación.
1. Ocupa suficiente espacio
Cuando estamos en una situación incómoda o nos sentimos molestos en una reunión (e incluso, quizá, «inferiores» al resto) solemos replegarnos. Tendemos a «hacernos pequeños» encorvando la espalda o cruzando las piernas. Sin embargo, este signo denota poca confianza y temor por el entorno.
Científicos de la Universidad Emory de Estados Unidos han demostrado, de hecho, que cuando nos sentimos orgullosos de nosotros mismos instintivamente expandimos nuestra corporalidad estirando las piernas y los brazos. De manera que, si quieres verte y sentirte poderoso, el primer paso será transmitírselo a tu corporalidad: siéntate en una postura erguida, con los pies bien apoyados en el suelo y los brazos al costado o en tus caderas. Ocupa tu espacio y recuerda no «encogerte» a medida que pasen los minutos.
2. Usa el o visual para demostrar confianza
El o visual es una de las formas más reconocidas para mostrar confianza. Tanto si estás hablando como si estás escuchando a tu interlocutor, observa su mirada, nota el color de sus ojos y no mires alrededor de su cabeza para ver qué pasa detrás. Concéntrate en lo que está diciendo y también en sus reacciones cuando tú estás hablando. Intenta sostener el o visual, al menos, entre un 60 % y un 70 % en cada conversación.
3. No uses tu teléfono como «escape fácil»
Todos hemos hecho esto alguna vez. Ya sea en una reunión de trabajo o en una comida con amigos, en algún momento que nos resulta incómodo, buscamos «sostén» en el teléfono. También puede que lo hayas utilizado para pretender que estás muy ocupado y que, en consecuencia, no puedes atender otros asuntos.
Pero no tan rápido. Piensa en tu cuerpo cuando lo haces. ¿Se ve fuerte y poderoso">
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