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actividades para niños

3 poses de yoga ideales para practicar con los pequeños

Publicado 16 Ene 2018 – 02:02 PM EST | Actualizado 23 Mar 2018 – 08:01 PM EDT
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El yoga es una disciplina ancestral que hoy día se ha difundido en todo el Occidente. Proliferan los centros de yoga en las grandes ciudades e incluso en pueblos pequeños. Es que los beneficios del yoga se extienden desde un nivel físico hasta uno mental y espiritual.

Y no existe razón alguna por la cual esta disciplina tenga que quedar relegada al mundo adulto. De hecho, está comprobado que el yoga ayuda a los niños a  desarrollar la coordinación, la comprensión de su cuerpo y una mayor concentración, entre otras cualidades. Estas 3 posturas de yoga, por ejemplo, son ideales para practicar con niños y les permitirán compartir un momento divertido y saludable juntos.

1. El perro

Coloca manos y pies apoyados sobre el suelo y levanta la cadera de manera que el cuerpo luzca como la letra «V» invertida. Quédate en esa postura algunas respiraciones. Esta pose en particular ayuda a elongar los brazos, hombros y antebrazos, fortalece las piernas y elonga la zona de la columna y la cadera.

También es una oportunidad perfecta para que tus niños usen tu cuerpo de puente y pasen debajo de él ¡cuál barquitos en alta mar!

2. La cobra

Recuéstate boca abajo sobre la colchoneta con los brazos extendidos a los costados. Suavemente apoya las manos y levanta el pecho estirando la parte superior del cuerpo. Si te animas, inspira profundo y lleva la cabeza hacia atrás estirando aún más el pecho y los hombros.

Puedes, a su vez, elevar las piernas intentando que lleguen a tocar la cabeza. De seguro a los niños les resultará muy fácil y divertida esta pose.

3. El árbol

Parado firme sobre ambos pies levanta un pie y colócalo sobre el costado del muslo de la pierna contraria. Mantén el equilibrio unos segundos y respira profundo mientras lo haces. Mirar un punto fijo siempre ayuda. Esta postura en particular fortalece las piernas, mejora el sentido del equilibrio y potencia la concentración, entre otros múltiples beneficios.

El tiempo que se le dedique al yoga por día nunca deberá ser estricto. Como los adultos, los niños tienen sus días y por ende habrá momentos en que prefieran una práctica más prolongada y otros en los que solo 10 minutos bastarán para ellos, a veces incluso menos.

En estos casos, no se debe forzar la disciplina sino todo lo contrario: adaptarla respetando sus estados de ánimo y sus ritmos. La clave es pensar el yoga más como un juego entretenido que como una sesión de gimnasia. Verás cuánto lo disfrutan los pequeños (¡y cuán bien te sientes tú también al practicarlo!).

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