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«¿Qué puedo hacer para ayudarlo?»: hablemos de adicciones (de una vez por todas)

Publicado 19 Mar 2019 – 05:14 PM EDT | Actualizado 19 Mar 2019 – 05:14 PM EDT
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En los últimos meses se estrenó alrededor del mundo Beautiful Boy, la película de Felix Van Groeningen y Luke Davies que narra con una punzante sensibilidad la relación de un padre con su hijo adicto.

El film, protagonizado por Steve Carell y Timothée Chalamety, pone en primer plano el drama familiar que les significa a todos la drogadependencia del hijo mayor.

Sin romantizar el consumo ni mostrarse demasiado fatalistas, los realizadores lograron retratar una historia sincera que, por supuesto, también alerta e invita a tomar conciencia.

El film está basado en los libros de las memorias de David y Nic Sheff, un padre y un hijo que sufrieron un gran punto de inflexión en su cotidiano después de que Nic asumiera que tenía un grave problema con las drogas duras.

En la película, es notable la fractura en la personalidad del personaje de Nic (Timothée Chalamet) que lucha permanentemente contra las consecuencias de sus decisiones, pero más allá de las actitudes del personaje, de su comportamiento y de sus cambios, el ojo está puesto en la reacción de su padre (Steve Carell) ante la noción del deterioro de su hijo y el gran interrogante que precede a esa preocupación: «¿qué puedo hacer para ayudarlo?»

Hablemos de adicciones

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) una adicción es una enfermedad física y psicoemocional que conlleva una necesidad o, directamente, una dependencia hacia una sustancia, actividad o relación.

Según la OMS existen diferentes niveles de adicción:

  • La experimentación: es cuando la persona, por curiosidad, prueba una droga determinada y no necesariamente continúa consumiéndolo.
  • El uso: es cuando la dependencia ronda el nivel bajo. Se entiende que una persona que hace uso de drogas consume los fines de semana y circunstancialmente. En sus prácticas habituales no existe un deterioro en los ámbitos laborales, sociales o familiares.
  • El abuso: cuando el uso se intensifica durante toda la semana y comienzan a aparecer episodios de intoxicación estamos en presencia de una situación de abuso de drogas. Aquí si se da un deterioro en la persona a nivel académico, laboral, social y familiar. El estado de ánimo es cambiante (una vida normal y una vida adictiva y desconocida la mayor parte de veces por la familia).
  • La adicción: en este estadío la persona adicta no solo tiene dificultades académicas y laborales si no además una ruptura notable en sus relaciones con amigos y familia. En estos casos la búsqueda de la droga es permanente y ya no circunstancial ni medida. La abstinencia es sumamente difícil y existen conductas de gran riesgo en la persona como el uso de drogas intravenosas o la combinación de diferentes sustancias dañinas.

Para la psicóloga especializada en adicciones, Romina Ghiglia, es poco común que la persona con problemáticas de consumo lo pueda manifestar. «Por lo general, el primer obstáculo que aparece es la negación; la persona niega tener un problema con las sustancias dado que tiene ciertas fantasías de control hacia las drogas. Otras veces minimizan el problema».

Por ese motivo, es central que desde el entorno familiar se pueda estar atento a determinadas conductas y cambios, que son signos de la problemática. La psicóloga enumeró los posibles indicios:

  • Irritabilidad.
  • Alteraciones del humor.
  • Ansiedad.
  • Depresión.
  • Cambios en el sueño como insomnio.
  • Cambios en la alimentación como la falta de apetito o el aumento de apetito.
  • Incumplimientos, como por ejemplo la ausencia a la escuela, o la ausencia al trabajo.
  • Aislamiento social
  • Deterioro físico y falta de aseo

Los tratamientos profesionales y el momento de pedir ayuda

La persona adicta presenta una imposibilidad de abstenerse al consumo que no tiene que ver con su voluntad o la falta de ella si no con que padece una enfermedad de la cual solo logrará salir con un tratamiento adecuado y, fundamentalmente, con acompañamiento familiar.

«El momento de pedir ayuda externa no se da hasta que la persona registre por sí misma que tiene un problema y que no puede manejarlo solo», explicó la psicóloga.

El apoyo del entorno familiar

«Es importante que la familia comprenda que el problema no es solo de la persona que tiene la adicción sino que entre las causas encontramos el contexto familiar y la disfunción en los vínculos familiares», explicó Ghiglio y agregó que por lo general los casos se producen en familias de padres ausentes y madres sobreprotectoras y de una carencia de tipo afectivo.

El acompañamiento familiar es primordial, desde «una posicion de apoyo y comprensión», aseguró la psicóloga y continuó: «Es importante no confrontar, no realizar reproches ni reclamos ni juzgar a la persona por su conducta. Acompañarlo en los tratamientos y siempre a partir de una posición de escucha y entendimiento».

En los tratamientos no solo se trabaja con la persona adicta sino con todo su entorno familiar, por ello la asistencia a los diferentes grupos es menester. «También es indispensable limitar el manejo del dinero, ya que si la persona tiene dinero puede utilizarlo para comprar sustancias», continuó Ghiglio.

«Se deben cortar los vínculos de consumo y crear vínculos saludables. Su entorno debe acompañarlo desde lo familiar y en las reuniones familiares, por ejemplo, se debe sostener el no consumo de alcohol, aunque la adicción sea a otras sustancias», sintetizó la psicóloga.

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